sábado, 25 de octubre de 2014

Un Domingo después de la guerra

Domingo por la tarde/noche, llego a Pronoise. Para quienes no lo saben Pronoise es un estudio de grabación. Y estoy seguro que en ese estudio se están grabando las canciones que te van a cambiar la oreja. La cosa es que estoy ahí porque esa tarde se transmite "Abajo al Costado", un programa de radio online en donde tocan bandas en vivo, ese domingo era el turno de Unión Soviética y Surfing Maradonas. Cuando el programa termina el estudio se tranforma en un camping. Ya quedamos menos, Mariano y Nico (abajo al costado), Valeria (InmovilAria), Jorge (Riphle / InmovilAria), Alf (Bencina Disturbio), Nacho (Riphle) y yo. Tenemos hambre y pedimos comida en Point, un lugar horrible y de porciones abundantes ubicado en Matheu y Garay. Algunas sillas de plástico y amplificadores sirven de asiento. La conversación se centra en la economía del estudio, si sigue así tendrán que cerrarlo. Alguno pregunta si vamos a escuchar el timbre cuando venga el delivery, Nacho y Jorge coinciden en que no. Todos nos reímos pero ninguno hacemos algo, nos encanta dejar que las cosas pasen y nos sorprendan. A Nacho le duele la espalda y se pone una crema, yo agarro la crema y la huelo, mentol. Me pongo un poco en la muñeca derecha, la noche anterior una cara chocó contra mi puño en un show de Riphle en Club V y me duele. Minutos después cometo el error de rascarme los ojos. Ahora tengo fuego en los ojos pero la muñeca no me duele. Voy a la cocina a lavarme cara y manos. Rafa y Homero me miran con sus patas delanteras apoyadas en la ventana y mis ojos no paran de llorar. Mientras me lavo ellos intentan convencerme de que los deje entrar "queremos ir con ustedes" dice Rafa, Homero es más callado y tímido. Les digo que no, que no pueden entrar mientras mis ojos se queman en una hoguera de crema descontracturante. Vuelvo. El telefono de Jorge suena, son los de Point, dicen que el delivery vino y no lo escuchamos. Unos minutos después vuelve y Nico baja a buscar la comida. Estamos seguro que está escupida pero no nos importa, comemos. Nos quedamos hablando un buen rato después de comer, todos dijimos cosas interesantes y sumamente inteligentes, pero no se las voy a contar. Alf se tiene que ir, trabaja de noche. Alguno avisa que la cocina está inundada, un idiota dejó la canilla abierta. Mariano se va en bicicleta, Nico no se en que se va pero está contento porque ahora vive solo, todavía no sabe toda la mierda que le espera. Los demás nos quedamos charlando, hablando cosas importantes que podrían cambiar el curso del mundo, pero no se las voy a contar. Salimos a la calle, son las 3 de la mañana del lunes y Parque Patricios es un lugar hermoso, tranquilo, silencioso, oscuro e inocente.

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